Pablo Novak, el único habitante de Epecuén

    Epecuén

     Llegar a Epecuén impacta, en el más amplio sentido de la palabra.

     Es avasallante ingresar por la calle principal, esa Avenida de Mayo que tanta vida tuvo y verla ahora poblada de escombros.


    Epecuén invita a caminar lento, a observar detenidamente todo y a poner en marcha la imaginación para tratar de rearmar en la mente cómo esas ruinas alguna vez fueron hogares, comercios, plazas, bares, hoteles y tantas cosas más.

    La soledad se respira por todos lados y el silencio sólo es alterado por el sonido del viento y las aves que insistentemente sobrevuelan el lugar.

   

    El encuentro con Pablo

    Me estaba yendo de Epecuén, después de dos días de visitarla en distintos horarios y de surmirge en su silencio y en el mío. Eran los últimos minutos que pasaba en esa tierra arrasada.

    Aún con la cámara en mano, caminando hacia la salida por la Avenida de Mayo, desde lejos lo vi. Estaba sentado en una de las ventanas de lo que fue el Hotel Monte Real leyendo un diario y en compañía de su inseparable perro Chozno. Apunté el zoom y lo fotografié.   


    Así lo encontré a Pablo Novak esa calurosa tarde de enero. 

    Lenta y tímidamente seguí caminando hacia él, que, en cuanto me vio, sonrío como invitándome a acercarme. Y lo hice, claro que me acerqué. Dispuesto al diálogo, la charla se dio de forma natural y fluida.

    Lo había visto en alguna nota que vi en televisión y de otras tantas leídas en diarios o portales. Cuando le pedí permiso para sacarle una foto, no tuvo ningún problema, como tampoco lo tuvo cuando le pregunté si podía filmarlo y hacerle algunas preguntas. Dejó el diario y se dispuso a charlar.


            Pablo recorre todos los días Epecuén en su vieja bicicleta, siempre acompañado por Chozno, su perro, y una perrita negra que se les sumó.


    Sobre Pablo

   🔖 Pablo Novak nació en Epecuén el 25 de enero de 1930, dos días después de que el pueblo festejara los 9 años de su fundación.

   🔖 Creció en la Villa rodeado de 12 hermanos, cuando Epecuén aún no era lo que llegó a ser con el correr de los años.


   🔖  Fue a la Escuela 17, esa que inauguraron cuatro meses después que él naciera, por lo que suele comentar con una sonrisa pícara que "siempre digo que la hicieron para mí".

   🔖 En Epecuén también conoció a la que después sería su esposa y con quien tuvo 10 hijos.


   🔖 Con la inundación de noviembre de 1985 todos ellos emigraron a Carhué, pero Don Pablo se quedó cuidando las 90 vacas que por aquel entonces tenía.

   🔖 Así pasó 15 años, sin alejarse de la Villa. Cuando el agua comenzó a bajar, él fue testigo directo de los estragos que la inundación había causado en su Epecuén natal.


https://www.youtube.com/watch?v=YMqLeZhfmwM

    El sol ya caía sobre Epecuén cuando la charla terminó. Tomé mis cosas y una vez más encaré, cámara en mano, la Avenida de Mayo para irme de Epecuén, no sin antes retratar ese atardecer sobre la Villa.


Fotos y texto: María Comunicación

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